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- 1977-1991
El Comitê de Defesa dos Direitos Humanos para os Países do Cone Sul (CLAMOR), tuvo su nacimiento informal un domingo a fines de 1977 en una casa de la Rua Turiassú, en el barrio paulista de Perdizes. Allí , en un encuentro secreto, se reunieron cuatro personas: la periodista de nacionalidad británica Jan Rocha; el abogado defensor de presos políticos y militante de derechos humanos brasileño Luiz Greenhalgh y los organizadores de la reunión, un matrimonio de refugiados políticos argentinos que habían sido víctimas y testigos de torturas y asesinatos cometidos por la dictadura militar argentina 1976-1983. El matrimonio, que ya había tenido contactos previos con Rocha y Greenhalgh, volvió a relatar sus experiencias y planteo la idea de formar un Comité de Solidaridad con los refugiados políticos latinoamericanos en Brasil. Nació así el CLAMOR, cuyo tercer miembro fundador seria, a iniciativa de Rocha y Greenhalgh, el Pastor presbiteriano brasileño Jaime Wright. Todos estaban preocupados por el aumento de los asesinatos, desapariciones y torturas que se experimentaba en todos los países del Cono Sur y conocían de primera mano los efectos de las represiones dictatoriales en la región: Rocha por su trabajo como corresponsal del The Guardian y la BBC y sus relaciones con Amnesty International; Greenhalgh por ser referente principal de los familiares de presos políticos y desaparecidos del Brasil y Wright por haber defendido los derechos humanos desde el golpe militar ocurrido en Brasil en 1964 y por tener el mismo un hermano secuestrado, desaparecido, torturado y asesinado en 1973 septiembre: Paulo Stuart Wright, dirigente del grupo político Ação Popular. Con motivo de esa desaparición seguida de asesinato fue que Wright estableció una relación personal y amistosa con el por entonces Arzobispo y Cardenal de la Diócesis de Sao Paulo, Paulo Evaristo Arns. Luego de aquella primera reunión se sucedieron otras que tenían lugar en el Instituto Sedes Sapientiae o en las casas de los miembros fundadores. Fue en esas reuniones que se decidió que el Comité, para su mejor protección y seguridad, debía establecer una articulación con la Iglesia Católica si lo que se quería era ayudar y proteger a los refugiados y perseguidos políticos que en gran número llegaban a Sao Paulo. Arns, de ya larga trayectoria en temáticas sociales y defensa de los Derechos Humanos, cercano ideológicamente a las posiciones de los Sacerdotes del Tercer Mundo y la Teología de la Liberación además de ser un problema constante para la dictadura brasilera, fue la persona elegida para coordinar dicha articulación. La etimología del nombre elegido para el Comité leído por sus siglas, CLAMOR, indicaba que la elección se había producido porque la palabra tenía el mismo significado en español, portugués e inglés demás de contener la palabra amor y las letras L y A, que representaban a América Latina. El lema fue sacado del salmo bíblico 88.2, “Inclina tus oídos a mi clamor”, y el símbolo era una tarjeta postal de un preso político brasileño, Manuel Cirilo de Oliveira Neto, recibida por Greenhalgh para navidades de 1977. El slogan utilizado fue “La solidaridad no tiene fronteras”. La articulación, pensada junto al Arzobispo Cardenal, se dio con la incorporación de CLAMOR como un anexo de la Comissão Arquidiocesana de Pastoral dos Direitos Humanos e Marginalizados creada en 1976. Junto a la Comisión, en la arquidiócesis trabajaba también la Comissão Justiça e Paz (CJP-SP). El Comité se sumó entonces a la amplia red de solidaridad y denuncia ligada al tema de la defensa de los Derechos Humanos que había montado Arns y que fue ampliada notablemente por los contactos de Rocha y Wright, buscando también la ayuda financiera de organismos internacionales. Las principales fuentes de financiación de CLAMOR, aparte del Consejo Mundial de Iglesias a través de Charles Harper, fueron Algemeen Diakonaal Bureau (Holanda) Acción Ecuménica Sueca (Suecia), United Church of Canadá (Canadá) Knox United Presbyterian Church (Estados Unidos) y Amnesty Internacional (Reino Unido). Comenzó a actuar a principios de 1978. Las primeras tareas a las que se avocaron-trabajando provisoriamente desde oficinas de la curia paulista ubicadas en Avenida Higienopolis 890, Sala 19-tuvieron que ver con la ayuda a los refugiados políticos que llegaban a San Pablo sin ser reconocidos como tales por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y por otro lado, con la divulgación, después de comprobada su veracidad, de denuncias relacionadas con violaciones a los Derechos Humanos ocurridas u ocurriendo en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay pero también en otros países de América Latina, como Nicaragua o Perú. La ayuda concreta que se daba a los refugiados que llegaban a San Pablo se manifestaba de manera práctica en el intento de solucionar los principales problemas que aquejaban a los mismos: salud, vivienda, trabajo, ocupación y documentación, dada su condición de “clandestinos dentro de la clandestinidad”. La principal herramienta de análisis, divulgación y denuncia era un boletín en edición trilingüe-portugués, español, inglés- llamado Boletim CLAMOR que editado por Jan Rocha y distribuido a nivel nacional e internacional tanto en América Latina como en Europa y Estados Unidos, del cual se publicaron, de manera irregular, 17 números a lo largo de 12 años. El primer número del boletín fue publicado en 1978 junio y se enviaba –sin firmas-por correo postal a organismos y entidades de defensa de los Derechos Humanos en varios países, agencias de ayuda internacionales, ONGs, arquidiócesis de la Iglesia Católica, universidades, agencias de noticias, periodistas y personalidades influyentes. En total, tenía una tirada de aproximadamente 2000 ejemplares-1000 en portugués, 600 en español y 400 en inglés- y llegaba a 22 Estados brasileros,23 países americanos y 25 países en otros continentes. Los principales temas tratados en esos boletines, además de noticias y análisis sobre la situación en Brasil, fueron una edición especial para cada uno de los países del Cono Sur enfocado en la represión y la violación a los Derechos Humanos; la situación de las cárceles y el trato dado a los presos, especialmente políticos; la opresión y represión sufrida por los sindicatos y los sindicalistas en el Cono Sur; la legislación en cuanto a temática de refugiados y refugio político y un número especial sobre las violaciones a los Derechos Humanos en Bolivia luego del golpe militar de 1980. Se realizaban también conferencias de prensa para denunciar situaciones particulares, se organizaban seminarios internacionales con foco en el Cono Sur de América Latina, se dictaban cursos, se organizaban campañas de búsqueda y denuncia en conjunción con otros organismos de Derechos Humanos, se elaboraban informes sobre violaciones a los Derechos Humanos y contrarias a las Doctrinas de Seguridad Nacional que aplicaba cada Estado así como se imprimían folletos, cartillas, suplementos, posters, afiches y volantes de divulgación general. Si bien CLAMOR mantenía su carácter ecuménico, la relación con Arns y su arquidiocesis y la presencia de Wright hizo que las principales relaciones y apoyaturas del grupo provinieran de sectores de las iglesias Católica, Protestante, Ortodoxa y Anglicana. Entre los principales actores que conformaron la red nacional e internacional de apoyatura a CLAMOR se hallaban la Conferência Nacional dos Bispos do Brasil (CNBB), la Coordenadoria Ecumênica de Serviços (CESE) y el Consejo Mundial de Iglesias (CMI). La actuación de inter-relación con las redes transnacionales de distintas organizaciones de Derechos Humanos a la que se integró y con las que comenzó a tener contactos se basó en el intercambio de información para componer, formular, fundamentar, realizar y difundir denuncias, como por ejemplo las relacionadas con los casos de desaparición forzosa de personas; la ayuda a y entre refugiados políticos de distintos países del Cono Sur; el intento de localización de victimas y/o familiares y la resolución colectiva de problemas comunes a dichos países. Entre las organizaciones con las que interactuó y colaboró se pueden citar: Human Rights Internet (HRI), Comisión Chilena de Derechos Humanos (CCDH),Vicaria de la Solidaridad (Chile), Servicio Paz y Justicia (Uruguay), Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos (FEDEFAM), Asociación Centroamericana de Familiares de Detenidos Desaparecidos (ACAFADE), Consejo de Educación de Adultos de América Latina (CEAAL), Comisión Andina de Juristas (CAJ), SOS Torture, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, Amnistía Internacional (AI), Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), Servicio Paz y Justicia (SERPAJ) Argentina, Centro Ecumênico de Documentação e Informação (CEDI), Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas(FASIC) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Algunos de los métodos utilizados para los fines propuestos fueron la información y contrainformación como forma de resistencia no violenta, la acción humanitaria y una estrategia de acción opuesta a aquella de los Estados represivos y dictatoriales en lo que definían como una “Operación Contra-Cóndor de solidaridad sin fronteras”. Uno de los logros principales de CLAMOR fue la elaboración de un listado de personas detenidas-desaparecidas en Argentina, un trabajo que llevo dos años de investigación, que intentó personalizar todo lo posible a cada víctima más allá de las realidades numéricas y en el que colaboraron muchos refugiados y perseguidos políticos. En 1980 se ideó una “ficha-padrón” para la recolección de información sobre torturas y desapariciones estructurada de manera trilingüe y que contenía nombres, edades, profesión, estado civil, lugar y fecha de detención y datos de las familias. El resultado del trabajo fue la publicación en español e inglés del ya mencionado libro Desaparecidos en Argentina, que reunía los datos de 7791 personas detenidas-desaparecidos en Argentina. A partir de esto, CLAMOR se especializo en el caso de las y los niños desaparecidos y/o nacidos en cautiverio que incluyó un trabajo conjunto con las Abuelas de Plaza de Mayo de una campaña por los niños y niñas desaparecidos o nacidos en cautiverio en Argentina y también con la Comisión Nacional por la Desaparición de Personas (CONADEP) creada por el presidente argentino Raúl Alfonsín en 1983 diciembre. Un caso emblemático en el que participo el Comité fue el de los niños uruguayos Anatole y Victoria Eva Lucia, secuestrados con sus padres-Roger Julien de Caceres y Victoria Grisona, luego asesinados-en Argentina y abandonados en la ciudad chilena de Valparaíso. En las oficinas paulistas trabajaban de manera voluntaria unas 10 personas, haciéndolo solo una de ellas-una secretaria- a tiempo completo. La metodología de trabajo era la de una reunión semanal donde se definía la agenda, se tomaban las decisiones y se encaraban los distintos trabajos. Ante el crecimiento, importancia e influencia que fue tomando su trabajo, desde 1983 se amplió el número de miembros a una docena y se elaboró un reglamento interno. Este reglamento creó una Comisión Coordinadora-formada por Rocha, Wright y Roberto Grandmaison- que debía supervisar los trabajos y el espacio físico de trabajo en la oficina, administrar la tesorería y preparar las agendas de reuniones, convocar a las mismas, recibir y responder correspondencia y mantener informados a los miembros y al Obispo Cardenal Arns sobre las novedades y el resultado de las reuniones plenarias-quincenales- y de la Comisión Coordinadora-semanales-. Por su parte, las funciones del Comité pasaron a ser las de administración, elaboración y distribución de publicaciones, intercambio de informaciones y publicaciones, participación en la promoción de eventos y planeamiento y actuación. Entre los principales miembros y activistas de CLAMOR se pueden citar a la religiosa (y abogada) norteamericana Hermana Michael Mary Nolan; al religioso canadiense Roberto Grandmaison; al abogado brasileño Fermino Fecchio; a la química y profesora brasileña Thereza Brandão ; a la psicóloga María Auxiliadora de Almeida Cunha Arantes; a Maria Aparecida Antunes Horta, esposa de Greenhalgh y a Inge Schilling, Lilia Azevedo y João Xerri. También jugaron un rol importante Alma Wright, esposa de Jaime Wright y el abogado Plauto Tuyuty Rocha, esposo de Jan Rocha y, por supuesto, las docenas de voluntarios y voluntarias anónimas que dieron su trabajo y apoyo. Según la historiadora Ana Celia Navarro de Andrade, especialista en CLAMOR, el Reverendo Wright escribió en una pequeña historia de CLAMOR en 1982 que la notoriedad y suceso de la organización se debió a tres factores: a) actos concretos, sin teorizaciones ideológicas ni partidarias; b) orientación ecuménica, sin preocupaciones sectarias y c) un mínimo de estructura institucional, a fin de que el equipo permaneciese ágil, flexible y despreocupado de problemas administrativos. Si bien el Comité se había fijado estatutariamente dejar de funcionar como organismo cuando finalizaran las dictaduras en el Cono Sur, actuó oficialmente hasta 1991 diciembre 10.