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Registro de autoridad

Council on Hemispheric Affairs (COHA)

  • Entidad colectiva
  • 1975-

El Council on Hemispheric Affairs (COHA) fue fundado en 1975 por el activista Larry Birns. En su fundación influyó el golpe de Estado en Chile que se perpetró contra el presidente Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973. Dado su empleo en las oficinas de la CEPAL en Santiago de Chile, Birns fue testigo del apoyo que el gobierno noteamericano le otorgó a los golpistas, encabezados por el general Augusto Pinochet Ugarte. De vuelta en Estados Unidos, decidió otorgarle institucionalidad a su activismo fundando el COHA. Aparte de diferentes pequeñas oficinas que alquilaba o recibía en préstamo en Washington DC, donde era ayudado por grupos diferentes de activistas, estudiantes, investigadores y voluntarios, Birns utilizaba su departamento en Nueva York para recibir a exiliados, disidentes y víctimas de violaciones a los Derechos Humanos de distintas dictaduras latinoamericanas, especialmente la chilena, la uruguaya y la argentina. En sus comienzos, las oficinas de Washington estaban suscriptas a diarios, revistas y periódicos de las que los miembros del COHA recortaban las noticias referidas a América Latina para después reescribirlas desde la óptica del organismo. Estas eran relanzarlas como comunicados de prensa institucionales o en forma de correspondencia a diferentes personalidades políticas e instituciones que pudieran influir sobre la realidad latinoamericana. En 1982 el Consejo Directivo del COHA amplió su mandato para monitorear también las relaciones entre Canadá y América Latina. Utilizados por analistas políticos, diplomáticos, periodistas, académicos, legisladores, políticos y lobbistas, los servicios del COHA se centraron en todas las áreas que cubrieran la realidad del continente americano, desde lo diplomático a lo militar, pasando por lo económico, lo social y lo político, incorporando también el análisis de estrategias de desarrollo, políticas públicas y acuerdos comerciales. La organización sirvió también de plataforma de lanzamiento de un grupo numeroso de académicos, investigadores, periodistas y analistas políticos que, trabajando tanto en Estados Unidos como en América Latina, se focalizaron en hallar soluciones para las diversas problemáticas que históricamente afectaron al continente.

Bedoian Djivelekian de Ikonicoff, María

  • Persona
  • 1951-1977 (Desaparición forzada)

Nacida el 6 de diciembre de 1951 diciembre en Villa Luján, San Miguel de Tucumán, Tucumán. De ascendencia armenia. Casada con Ignacio Ikonicoff, con quien tuvo una hija. Militó en los Comandos Populares de Liberación (CPL), Montoneros y Partido Revolucionario de los Obreros Argentinos (PROA). Fue secuestrada en un operativo ilegal de detención el 12 de junio de 1977 a las 04 horas en su domicilio de Larraya 1740, Mataderos, Capital Federal. Caso incluido en causa judicial en que se investigaron, probaron y condenaron delitos de lesa humanidad. Sentencia dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 5 de Capital Federal en Causas Nº 1261 y 1268 (Jefes de Área), año 2009.

Hopen Etinger, Daniel Saúl

  • Persona
  • 1939-1976 (desaparición forzada)

Daniel Hopen nació el 1 de agosto de 1939. A principios de la década de 1960 militó en el grupo trotskista Palabra Obrera (PO), cuya política de entrismo en el Movimiento peronista propuso su líder “Nahuel Moreno”. Estudió la carrera de Sociología en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde tuvo militancia estudiantil como referente principal-junto a Horacio González- de la agrupación Lista de Izquierda Mayoritaria (LIM). Como delegado estudiantil en lo que por entonces se conocía como Delegación Estudiantil, se desempeño también en el Consejo Directivo de dicha Facultad. El LIM era una agrupación de tendencia antiimperialista que reunía a trotskistas morenistas, marxistas, miembros de la “nueva izquierda” y peronistas de izquierda inorgánicos. El LIM surgió luego de la desaparición del MAR y liderado por Hopen en 1964 realizó una alianza con el Movimiento Universitario Reformista (MUR), donde militaban miembros del Partido Socialista de la Izquierda Nacional (PSIN) y del Movimiento de Liberación Nacional (MLN -Malena). Hopen se destacó por esos años como un orador brillante, cualidad reconocida aun por sus adversarios y enemigos políticos, habiendo sido calificado como el mejor orador del trotskismo argentino en la década de 1960. En 1965 el LIM rompió su alianza con el MUR y se alió, en un Frente Antiimperialista, con la Tendencia Antiimperialista Universitaria (TAU). En ese mismo año de 1965 Hopen se encontró entre los miembros fundadores del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), formado por un desprendimiento de PO junto a los miembros del Partido Indoamericano dirigido por Mario Santucho. Con la formación brazo armado del Partido-el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP)-sin perder su pertenencia al sector leninista del Partido, Hopen se encuadró dentro del Frente Cultural del PRT-ERP, siendo también uno de los ideólogos y promotores del Frente Antiimperialista de Trabajadores de la Cultura (FATRAC). Desde el FATRAC fue uno de los principales críticos latinoamericanos a los programas financiados por fundaciones norteamericanas, a las que acusaba de ser tapaderas del imperialismo y de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), tal fue el caso de su crítica al “Proyecto Marginalidad” de la Fundación Ford. Como docente universitario o se desempeño en la carrea de Sociología de la Facultad de Filosofía y Letras, desde donde participó de la experiencia llamada Cátedras Nacionales. También se desempeño como Profesor en la Carrera de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Como periodista escribió para la revista El Combatiente-órgano de prensa del PRT-y Nuevo Hombre, entre otras. Siempre dentro de la línea ideológica del guevarismo que buscaba puentes con el Movimiento peronista, en enero de 1973 y en divergencia con las posiciones de la OPM en referencia a las elecciones del 11 de marzo de 1973, Hopen se abrió del PRT-ERP y pasó a formar parte-como uno de sus principales referentes- del Ejército Revolucionario del Pueblo-22 de Agosto (ERP-22 de Agosto o ERP-22). Entre 1973 y 1976 tuvo una estrecha relación en cuestiones políticas y operativas con la organización Montoneros, colaborando también como periodista con la Revista El Descamisado. principios de 1976 mayo comenzó a colaborar con la Comisión Argentina de Derechos Humanos (CADHU) en la recopilación de denuncias sobre asesinatos y desapariciones ocurridas en Argentina luego del Golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. El 17 de agosto de 1976 a las 21.00 horas, al salir de su domicilio acompañada de su esposa Evangelina “Mónica” Carreira para dirigirse a la sede del Partido Socialista de Boedo, fueron víctimas de secuestro en un operativo ilegal de detención llevado a cabo por fuerzas del Ejercito. Desde entonces permanece desaparecido. Según testimonios de ex detenidos en la Superintendencia de Seguridad Federal del Departamento Central de la Policía Federal Argentina-por entonces llamada Coordinación Federal- en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires aportados en la Causa Nº 13/84 o Juicio a las Juntas de 1985, fue visto con vida y sometido a feroz tortura en el tercer piso de dicho Centro Clandestino de Detención (CCD). La desaparición de Carreira y Hopen fue mencionada por el abogado Gustavo Roca, uno de los miembros fundadores de la CADHU, en su deposición testimonial ante el Subcomité de Organizaciones Internacionales del Comité de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos ocurrida en Washington D.C., el 28 de septiembre de 1976. Por decisión de la Ordenanza 24.169 del Concejo Deliberante de la ciudad de Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires, la calle antes llamada Oswald Menghin pasó a llamarse Daniel Hopen. Menghin fue un antropólogo austriaco y nazi Ministro de Educación de Adolf Hitler que después de la Segunda Guerra Mundial huyó a la Argentina donde se desempeño como Profesor de Filosofía y Letras en la universidad de Buenos Aires (UBA) hasta que en 1965, luego de una denuncia presentada por Hopen que expuso su ideología y trayectoria, fue expulsado de la misma.

Taboada de Dillon, Marta Angélica

  • Persona
  • 1942-1977 (desaparición forzada) - 2011 (identificación de restos)

De familia paterna de origen salteño, nació el 5 de agosto de 1945 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Cursó sus estudios primarios y secundarios en el College Français de Buenos Aires (institución católica antecedente del Liceo Franco Argentino Jean Mermoz), La Pampa y 3 de Febrero, Belgrano, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Estudió la carrera de abogacía en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA). Contrajo matrimonio con Dillon, con quien tuvo tres hijos-Andrés, Juan y Santiago- y una hija-Marta- y de quien posteriormente se separó. Aparte del ejercicio de la abogacía, entre los trabajos que realizó luego de la separación para poder sustentar a sus hijos e hija, se hallaron las de confección de artesanías y la apertura de un jardín de infantes en el barrio de Flores, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Luego del asesinato del Diputado Nacional Rodolfo Ortega Peña el 31 de agosto de 1974, desde la clandestinidad Eduardo Luis Duhalde y Haroldo Logiurato se abocaron a la construcción de una organización de características político-militares llamada Partido Revolucionario de los Obreros Argentinos (PROA), a la que Taboada se sumó en sus comienzos, hacia principios de 1975. Organizados en células compartimentalizadas, durante los primeros tiempos algunas de las reuniones clandestinas se llevaron a cabo en la casa quinta familiar de los padres de Taboada, en la localidad de Moreno, Provincia de Buenos Aires. En ese mismo año y debido a su cercana relación de militancia y amistad Taboada pasó a ser la apoderada legal de Duhalde y su familia, todos ya en la clandestinidad. Luego del golpe militar de 1976 marzo 24 el cerco represivo comenzó a estrecharse sobre los militantes del PROA y se decidió que los más acosados, entre ellos Duhalde, dejaran el país rumbo al exilio. Duhalde se negó a hacerlo antes que su familia estuviera a salvo y así, de manera clandestina y por vía terrestre, Taboada ayudó a Laura Bartolucci-la esposa de Duhalde, embarazada de seis meses-a escapar al Uruguay, retornando luego a Argentina. Por su militancia previa y la militancia casi dual que mantenía en el Frente Revolucionario 17 de Octubre (FR-17), Taboada fue una de las encargadas de mantener los contactos entre ambas organizaciones con vistas a limar las divergencias existentes para luego poder realizar acciones conjuntas y, de ser posible, fusionarse. Era, además, pareja de Juan Carlos “El Negro” Arroyo, uno de los principales dirigentes del FR-17. A comienzos de 1976 Taboada comenzó su colaboración con la Comisión Argentina de Derechos Humanos (CADHU). Una de sus tareas principales fue la de ayudar a salir del país a militantes que escapaban del aparato represivo, por lo que a tales fines realizó numerosos viajes a lugares de frontera. Taboada debió huir del barrio de Flores y refugiarse en Moreno, Provincia de Buenos Aires, ya que su casa y el jardín de infantes habían sido identificados por los Servicios de Inteligencia al ser usada para enviar y recibir correspondencia tanto del PROA como de la CADHU. La secuencia represiva en que se produjo su caída tiene dos versiones diferentes. Una, asegura que comenzó con la cacería realizada contra los ex miembros del Frente Revolucionario Peronista (FRP) incorporados ya al FR-17. Tras la caída de una de sus integrantes, que vivía en una casa cuya garantía propietaria era Dillon-ex-esposo de Taboada-, el 28 de octubre de 1976 los represores llegaron a la casa de calle Claudio María Joly 143, Moreno, Provincia de Buenos Aires, donde ella vivía junto a sus cuatros hijos y otra militante del FR-17, Gladys del Valle “La Gorda” Porcel de Puggioni-embarazada de cinco meses-y sus dos hijos. Los represores tomaron la casa, en esos momentos ocupada solo por los seis niños y una adolescente que los cuidaba, y esperaron la llegada de Taboada y Porcel. Sospechando el cerco, Arroyo se acercó a la casa para intentar rescatarlas pero todos fueron heridos y apresados víctimas de un operativo ilegal de detención. La otra versión indica que Arroyo y Taboada llegaron juntos a la casa de Moreno donde estaban ya prisioneros Porcel con sus hijos y los hijos de Taboada. Al verla rodeada, ambos intentaron romper el cerco para rescatar a su compañera y a los niños y niñas pero los tres adultos fueron heridos, apresados y secuestrados en un operativo ilegal de detención. Ignacio Ikonicoff, el miembro de la CADHU que ante la salida al exterior de los principales referentes tanto de PROA como de CADHU era el encargado de elaborar los boletines e informes sobre las violaciones a los Derechos Humanos que sacaba del país vía diplomática, denunció el secuestro y desaparición de “Lucrecia”- nombre falso usado por Taboada, con quien trabajaba en contacto estrecho-pidiendo que se le avise inmediatamente a Duhalde, en una carta fechada en Buenos Aires el 12 de noviembre de 1976. Testimonios de sobrevivientes dieron cuenta que Taboada, fue vista con vida en el Centro Clandestino de Detención (CCD) ProtoBanco-Puente 12-División Cuatrerismo-Brigada Güemes, Autopista Richieri y Camino de Cintura, La Matanza, Provincia de Buenos Aires. Embarazada de mellizas producto de su relación con Arroyo, los testimonios de las y los sobrevivientes aseguran que sus hijas murieron al momento del parto clandestino debido a las torturas recibidas por su madre. Taboada fue luego asesinada el 3 de febrero de 1977 a las 02.05 en un enfrentamiento fraguado por las fuerzas represivas en la esquina de las calles Santamarina y Chubut, Ciudadela, Partido de 3 de Febrero, Provincia de Buenos Aires. El asesinato de Taboada fue parte de la secuencia represiva conocida como Masacre de Ciudadela, que tuvo lugar entre el 30 de enero de 1977 enero 30 y 3 de febrero de 1977 en dicha localidad bonaerense. Su cuerpo, con múltiples impactos de bala, fue llevado-junto a los de las otras víctimas de la Masacre- a la morgue del Hospital Ramón Carrillo de Ciudadela y luego fue inhumado administrativamente como NN en el Cementerio de San Martin, Provincia de Buenos Aires. La partida de defunción, también fraguada, dio como lugar de los hechos la calle Costa al 500 y algunos testigos de época afirmaron que los hechos ocurrieron en Acosta y Avenida Díaz Vélez, ambos de Ciudadela. En junio de 2011 actuando por decisión de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF)-siguiendo el procedimiento de identificación por ADN-logró identificar sus restos, que fueron definitivamente inhumados el 27 de agosto de 2011 en la bóveda familiar del Cementerio de Moreno ante una multitud reunida para la ocasión. Entre los oradores que la despidieron, se hallaba Duhalde-por entonces Secretario de Derechos Humanos de la Nación-junto a su familia. Su caso formó parte de la Causa 3393/2007 o Causa Cuatrerismo (Mancuso y otros) tramitada ante el Tribunal Oral Federal Número 6 de Capital Federal, cuya sentencia se dictó en 2018 octubre.

Comisión Argentina de Derechos Humanos (CADHU)

  • Entidad colectiva
  • 1976-1984

La Comisión Argentina de Derechos Humanos (CADHU) se gestó durante los meses previos al golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, aunque su aparición formal se produjo cuando ya había comenzado la dictadura. El proyecto tuvo origen en un grupo de profesionales del Derecho vinculados a la Asociación Gremial de Abogados (AGA) con larga trayectoria en la defensa de presos políticos durante los regímenes militares previos, quienes iniciaron tratativas con representantes de distintas organizaciones de un amplio espectro ideológico para crear un organismo que denunciara las violaciones a los derechos humanos en la Argentina de la época.
La CADHU se fundó en abril de 1976 a partir de la confluencia de distintos grupos. El más numeroso lo componían las y los militantes del Partido Revolucionario de los Obreros Argentinos (PROA), organización a la que pertenecían, entre otros, los hermanos Eduardo Luis, Marcelo y Carlos María Duhalde, Haroldo Logiurato, Carlos González Gartland, Liliana Galetti, Ignacio Ikonikoff, María Bedoian, Alicia Contrisciani, Virginia Allende, Blanca Altmann, Marta Taboada. Otro componente de la CADHU en sus inicios fueron los abogados Lucio Garzón Maceda y Gustavo Roca, procedentes de Córdoba, donde se desempeñaban como representantes legales de sindicatos y defensores de presos políticos, a quienes se sumaron otros profesionales del derecho con diversas adscripciones políticas como Roberto Sinigaglia, Mario Hernández, Daniel Antokoletz, Vicente Zito Lema, Mario Amaya, Gustavo Varela y Guillermo Díaz Lestrem. Una tercera vertiente que participó del proceso formativo del organismo la conformaban los militantes de la organizaciones político-miltares Montoneros y Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP). De este contingente formaban parte, entre otros, Rodolfo Mattarollo, Manuel Gaggero, Martín Federico, Roberto Guevara, Lidia Massaferro, Pablo Ramos, Nelly Ortiz y Juan Carlos Caprioli.
La denuncia y la solidaridad se constituyeron tempranamente como las dos vías de acción principales de la CADHU. Los acuerdos logrados entre el sector vinculado al PROA y los representantes de la organizaciones político-militares fueron fundamentales para llevar adelante la primera de esas iniciativas, que se canalizó a través de Ignacio Ikonikoff, encargado de centralizar los datos aportados por los colaboradores vinculados a Montoneros y el PRT-ERP. De este modo, se constituyó un primer circuito de información que permitía conocer y denunciar con cierta celeridad los secuestros y asesinatos que se multiplicaban diariamente en el país durante los primeros meses de dictadura, y de los que los militantes relacionados con las organizaciones político-militares formaban un porcentaje considerable. La herramienta utilizada por la CADHU para difundir estas denuncias fue el Boletín del organismo, cuyo primer número vio la luz en octubre de 1976.
La denuncia en el extranjero fue desde el inicio una prioridad para la CADHU, cuyos integrantes –por su experiencia en la defensa de presos políticos– habían entablado vínculos tempranos con diversas entidades internacionales del campo jurídico ligadas a la defensa de los derechos humanos, tales como la Comisión Internacional de Juristas (CIJ), la Asociación Internacional de Juristas Democráticos (AIJD), la Federación Internacional de los Derechos del Hombre (FIDH) o el Secretariado Internacional de Juristas Católicos (SIJC). A estas relaciones se sumaron los acercamientos también tempranos a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Amnistía Internacional, Pax Romana y el Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz (Justicia y Paz) y el Consejo Mundial de Iglesias, entre otros organismos dedicados a la defensa de los derechos humanos. Esta faceta de la actividad de la CADHU quedó reflejada en el Estatuto del organismo, aprobado en la Asamblea Constitutiva que se realizó en Buenos Aires el 16 de julio de 1976, el cual establecía una representación exterior para divulgar los crímenes de la Junta Militar en los principales foros de denuncia internacionales.
Esta proyección hacia el ámbito internacional de la CADHU no sólo respondía a consideraciones de estrategia sino, también, a las urgencias que planteaba el avance de la represión en la Argentina. La actividad pública como abogados de presos políticos de la mayoría de los integrantes del organismo los convertía en blancos particularmente expuestos a las acciones de los grupos de tareas de la dictadura. Esta situación quedó en evidencia el 11 de mayo de 1976 cuando, en la previa de una reunión en la que se discutiría la línea de acción del organismo, fueron secuestrados Mario Hernández y Roberto Sinigaglia. El evento marcó un punto de inflexión en la trayectoria de la CADHU, que asumió como necesaria y urgente la salida de sus miembros más prominentes.
La información que se recogía en la Argentina sobre el avance de los secuestros, las desapariciones y los asesinatos en la vía pública salía del país inicialmente a través del circuito organizado en torno a Ikonikoff. Durante el primer año de dictadura, él fue el encargado de enviar con cierta periodicidad cartas a los representantes de la CADHU en el exilio –particularmente a Eduardo Duhalde, instalado en Madrid desde septiembre de 1976– en las que recopilaba numerosos datos sobre el avance de la represión en la Argentina e informaba también sobre la cotidianidad del organismo como. Entre otras cosas, Ikonikoff daba cuenta en esos escritos de la aparición de los primero Boletines, cuyos primeros números se confeccionaron clandestinamente dentro del país.
En sintonía con el mapa del exilio argentino, la CADHU estableció representaciones en diversos países de Europa Occidental y América. La de Madrid, en gran medida debido a la extensa y reconocida trayectoria política de Duhalde, se convirtió pronto en la más prominente de las sedes del organismo. En la capital española se instalaron también Alipio “Tito” Paoletti y Carlos María y Marcelo Duhalde. Una actividad particularmente intensa asumió la delegación del organismo en México, encabezada por el abogado Carlos González Gartland, quien desarrolló su militancia en la CADHU en paralelo a su participación en el Comité de Solidaridad con el Pueblo Argentino (COSPA). En París asumieron un lugar destacado Rodolfo Mattarollo y Manuel Gaggero. La CADHU tuvo, además, otras delegaciones en Europa Occidental, repartidas entre Bélgica, Suiza, Suecia y los Países Bajos. En esta última participó activamente Vicente Zito Lema. Una mención aparte merece la sede de Washington, cuya creación corrió por cuenta de Olga Talamante y Horacio “Gino” Lofredo. La primera, nacida en México y naturalizada estadounidense, se había radicado en la Argentina y militado en organizaciones de superficie de Montoneros, lo que le valió su detención y encarcelamiento durante el gobierno de María Estela Martínez. Las presiones diplomáticas del gobierno norteamericano condujeron a su liberación en 1976 marzo 26. A partir de entonces, se radicó en Estados Unidos. Lofredo, por su parte, había emigrado de la Argentina en 1963, y también se había nacionalizado norteamericano. En diciembre de 1976, impulsaron en conjunto la apertura de una sede de la CADHU en la ciudad de Washington. Esta representación del organismo asumió un funcionamiento relativamente autónomo, participando de las acciones de lobby tradicionales de la política estadounidense de la mano de otros organismos de solidaridad y denuncia locales, como la Washington Office on Latin America (WOLA) y el Council on Hemispheric Affairs (COHA).
Los integrantes de la CADHU lograron exponer tempranamente las violaciones a los derechos humanos en la Argentina ante la comunidad internacional. Un primer hito en este proceso fue la presentación que realizó Mattarollo ante la Subcomisión de Derechos Humanos de la ONU en agosto de 1976. Esta primera denuncia fue seguida por las declaraciones de Lucio Garzón Maceda y Gustavo Roca, exiliados en Francia y España respectivamente, ante el ante el Subcomité de Organizaciones Internacionales del Comité de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos los días 28 y 29 de septiembre de 1976, instancia propiciada por el senador demócrata Donald Fraser que tenía como objeto evaluar la continuidad de la ayuda militar norteamericana a la dictadura. Sus testimonios de la represión en la Argentina resultaron fundamentales para que el gobierno de James Carter (1977-1981) decidiera en 1977 poner fin al programa de asistencia debido a las flagrantes violaciones a los derechos humanos por parte de la Junta Militar.
La actividad de la CADHU en la Argentina se interrumpió abruptamente en junio de 1977 a causa de la represión. A mediados del mes de junio fueron asesinados y desaparecidos la mayoría de los militantes del organismo vinculados al PROA que todavía permanecían en el país. Los operativos de los grupos de tareas, que se desarrollaron a lo largo de varios días, tuvieron lugar en las inmediaciones de una casa-quinta de la localidad de Marcos Paz, Provincia de Buenos Aires, donde el 11 y 12 de junio de 1977 tendría lugar un plenario partidario, y en varios puntos de la Capital Federal. La llamada “Masacre de Marcos Paz” y secuencia represiva que le siguió dejaron como saldo el secuestro o asesinato de las y los militantes del PROA Héctor Bellingeri, Pedro Insaurralde, Ignacio Ikonicoff, Carlos Arias, Gloria Vainstein, Haroldo Logiurato (junto a su hijo Fabián, menor de edad), Liliana Galletti y José Voloch, María Bedoian, Luis María Logiurato, Alicia Contrisciani, Virginia Allende, Gustavo Varela y Blanca Altman. Este hecho determinó que la Delegación Internacional de la CADHU se constituyera de hecho en su Consejo Directivo, situación que se formalizaría poco tiempo después.
Al tiempo que se intensificaba la represión sobre las y los integrantes de la CADHU en la Argentina, ganaba envergadura la actividad del organismo en el exilio. El 21 de febrero de 1977, Mattarollo realizaría una presentación ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en la que nuevamente expondría las atrocidades de la Junta Militar. En el transcurso del mes siguiente, la CADHU provocó un nuevo impacto en el terreno de la denuncia internacional con la publicación de Argentina: Proceso al Genocidio, el primer informe integral sobre las violaciones a los derechos humanos en el país. Editado en Madrid gracias a las gestiones del cineasta español Elías Querejeta, el libro fue redactado por Eduardo Duhalde y Gustavo Roca, pero su insumo fundamental fue la información que integrantes y colaboradores de la CADHU habían obtenido clandestinamente en la Argentina y, luego, sacado del país por distintas vías. El informe no sólo denunció los crímenes dictatoriales como parte de un genocidio, apelando así a una figura instalada en el derecho penal internacional, sino que además acuñó la noción de “terrorismo de Estado” para describir el esquema represivo montado por la Junta Militar. El impacto del libro fue tal que se publicaron ediciones del mismo en francés y alemán, a las que se sumaron traducciones parciales en otros idiomas, como el inglés y el italiano. La aparición del informe fue seguida, en los años siguientes, por la publicación de numerosos testimonios de sobrevivientes de los centros clandestinos de detención, los cuales permitieron conocer en detalle el funcionamiento del dispositivo represivo dictatorial y aportaron información clave sobre lo ocurrido con las cautivas embarazadas y con los desaparecidos en general.
La actividad de la CADHU en el exilio no se ciñó solamente a la publicación de boletines, testimonios e informes sobre la situación de los derechos humanos en la Argentina. El organismo también impulsó iniciativas de solidaridad e intervenciones en el espacio público. El auxilio a personas que buscaban huían de la persecución dictatorial fue una de las aristas del trabajo de solidaridad de la CADHU, aunque el mayor despliegue en este campo se desarrolló en la geografía del exilio, donde el organismo otorgó ayuda material y contención a las y los recién llegados. Esta labor adquirió mayor envergadura a partir de 1978, gracias a un programa de ayuda económica del gobierno de Suecia que permitió disponer de mayores fondos. Las intervenciones de la CADHU en el espacio público consistieron fundamentalmente en movilizaciones ante las embajadas argentinas en los países del exilio ante eventos puntuales o fechas de resonancia particular, como los aniversarios del golpe de Estado. En estas acciones, el organismo contaba con el apoyo de diversas personalidades de la cultura de relevancia nacional e internacional, tales como Julio Cortázar, David Tieffenberg, Humberto Constantini, Ricardo Carpani, Matilde Herrera, Julio Le Parc, David Viñas y Juan Carlos Cedrón, entre otros.
Como otros organismos que desarrollaron la lucha contra la dictadura desde fuera de la Argentina, la CADHU participó también activamente de los debates que atravesaron a la comunidad del exilio. Los intercambios se realizaron a través de distintos instrumentos creados por la sede madrileña del organismo a tales fines: publicaciones como Correo Argentino y Presencia Argentina, esta última directamente relacionada con el Centro Argentino de Madrid, oficiaron de portavoces de las y los miembros de la CADHU. El más importante de estos debates, que generó una verdadera fractura entre los exiliados, fue el que se generó en torno al Mundial de Fútbol a realizarse en la Argentina durante el año 1978. En este contexto, la CADHU respaldó la creación del Comité de Boicot al Mundial de 1978 (COBA), entidad que se propuso evitar la realización del evento deportivo por la feroz represión en el país. Otro debate central del exilio del que participó el organismo fue el que se generó a propósito de la Guerra de Malvinas (1982), en el que la CADHU rechazó de plano la posibilidad de un apoyo táctico a la aventura bélica de la Junta Militar.
El colapso de la dictadura y el consecuente retorno de la democracia, consumados definitivamente con la asunción de Raúl Alfonsín como presidente de la Nación el 10 de diciembre de 1983 diciembre 10, marcaron el fin de la experiencia de la CADHU. La existencia de un gobierno elegido de manera democrática, según los propios integrantes del organismo, abría una nueva etapa para la denuncia de los crímenes de la represión dictatorial. En adelante, esta debería llevarse adelante desde la Argentina y a través de los canales abiertos a tales fines. Consecuentes con esta idea, las y los miembros de la CADHU acordaron la disolución del organismo en el transcurso del año 1984.

Duhalde, Eduardo Luis

  • Persona
  • 1939-2012

Eduardo Luis Duhalde nació en la Ciudad de Buenos Aires el 5 de octubre de 1939. Su padre, Jorge Luis Duhalde, fue un simpatizante de la Unión Cívica Radical (UCR) que apoyó al grupo Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (FORJA) y su madre, Nelly Hubert Sordo, una mujer con impronta religiosa católica. Por influencia materna cursó sus estudios primarios y secundarios en el Instituto San Miguel, ubicado en la calle Larrea entre Beruti y Juncal del barrio de Recoleta, en la Ciudad de Buenos Aires. Allí comenzó su militancia en el grupo de la Acción Católica y finalizó de cursar a los 15 años, edad para la cual ya había comenzado sus tempranas lecturas de poesía, autores clásicos, sociología, historia y política incluidos libros sobre marxismo- acompañado de quien sería su amigo y compañero, Emilio Jáuregui. Abandonando su formación educativa y militancia religiosa, Duhalde comenzó a definirse tempranamente como marxista-leninista. En la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), a la que ingresó a la precoz edad de 16 años, luego de un breve paso por Humanismo –el ala universitaria de la Democracia Cristiana– formó parte del Movimiento Universitario Reformista (MUR). Esta fue una agrupación que, juntando a socialistas de vanguardia (Partido Socialista de Vanguardia), radicales, desarrollistas, independientes y posteriormente comunistas, sostenía los principios de la Reforma Universitaria de 1918. En ella, Duhalde llegó a ocupar el cargo de Secretario. Fue en ese ámbito universitario donde a mediados de 1957 conoció a un estudiante a punto de recibirse y cuatro años mayor que él, quien luego sería su amigo y socio laboral, político e intelectual inseparable: Rodolfo Ortega Peña. También allí conoció a otra estudiante que sería su esposa y madre de sus tres hijos e hija: María Laura Bartolucci. En 1958 fue, siempre en representación del MUR, Vice-Presidente del Centro de Estudiantes y Consejero ante la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA). Ese mismo año promovió la visita a la Facultad de Celia Guevara, madre de Ernesto “Che” Guevara, para dar una charla de apoyo a la Revolución Cubana. También en 1958 participó, movido por la desilusión con las políticas aplicadas por el presidente Arturo Frondizi, de grupos de estudiantes que apoyaron las huelgas obreras contra la privatización del Frigorífico Lisandro de la Torre, en el barrio de Mataderos, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en lo que sería su primer acercamiento practico a las experiencias combativas del peronismo de la Resistencia. También dio apoyo a la huelga de los bancarios y a otras expresiones enmarcadas en la protesta contra la proscripción del peronismo y la implementación por parte de Frondizi del Plan Conintes. A comienzos de 1960, ya distanciado del MUR por desavenencias con algunos partidos de izquierda que lo conformaban –como el Partido Comunista y la Federación Juvenil Comunista– e influenciado notoriamente por las Revoluciones cubana y argelina y las ideas de Jean Paul Sartre y Franz Fanon, obtuvo el título de abogado e inauguró su primer estudio jurídico, asociado al abogado Mario Landaburu. En ese mismo año comenzó su viraje ideológico e hizo sus primeras armas en el periodismo en una publicación de orientación peronista-nacionalista revolucionaria llamada El Popular. En paralelo, como parte de sus aspiraciones movimentistas y revolucionarias, Duhalde tuvo un acercamiento al trotskista Partido Palabra Obrera (PO)-Peronismo Obrero Revolucionario (POR), liderado por “Nahuel Moreno” y en el que militaba su amigo Ángel “El Vasco” Bengochea. También se vinculó a su órgano de prensa, Palabra Obrera. La propuesta de “entrismo” en el Movimiento peronista que por ese entonces realizaba el POR no terminó de convencerlo y la relación no paso de ciertas simpatías. Entonces, acompañado por su amigo de Facultad Eduardo Jozami, tuvo acercamientos al Movimiento de Liberación Nacional (MNL o “Malena”) y a su desprendimiento, el Movimiento Nacional de Unidad Popular (MNUP), que tampoco prosperaron. Hacia 1962 consolidó su relación con Ortega Peña convirtiéndose, ante el alejamiento de Landaburu de su primer estudio, en su socio en un estudio jurídico. La actividad principal fue, por más de una década, la defensa de los presos gremiales y políticos sin distinciones de carácter ideológico o discriminaciones por pertenencia política. Por ese tiempo ambos amigos comenzaron a profundizar en el que sería uno de los campos más fructíferos de su intensa relación: la historiografía, enrolados en el campo del revisionismo histórico no “rosista” –término utilizado en referencia al historiador José María Rosa, con quien sin embargo mantenían excelente relación–. Las mayores influencias en el comienzo de este trabajo conjunto fueron la obra teórica de Juan José Hernández Arregui y los argumentos ideológicos de John William Cooke, pero se pueden destacar también los trabajos del propio Rosa, Arturo Jauretche, Raúl Scalabrini Ortiz, Rodolfo Puiggrós, Jorge Abelardo Ramos, Adolfo Saldías, David Peña, Eduardo Astesano, Ricardo Rojo y Fermín Chávez, entre otros. Con miras a acercarse al movimiento obrero organizado es también en esa época que, con la intermediación del abogado Fernando Torres, Duhalde y Ortega Peña ofrecieron sus servicios ad-honorem a la Confederación General del Trabajo (CGT). Ante la acuciante falta de abogados y equipos jurídicos que sufrían los sindicatos, se los aceptó inmediatamente y pasaron a ocuparse de los estudios jurídicos de la principal organización obrera del país. En la central obrera ambos participarían luego en el asesoramiento del Programa de Huerta Grande de junio de 1962 y también tomarían parte activa en los Planes de Lucha de los años 1963 y 1964, llegando a participar de algunas ocupaciones de fábricas. Duhalde había acumulado cierta experiencia como abogado en sindicatos debido a su relación con Andrés Framini, político y gremialista del peronismo combativo, fallido candidato electo a Gobernador de la Provincia de Buenos Aires en las elecciones de 1962 y dirigente principal de la Asociación Obrera Textil, en cuya campaña electoral participaron activamente tanto Duhalde como Ortega Peña. Como parte de su actividad como abogados de sindicatos llegaron a trabar relación Augusto Timoteo Vandor, Secretario General de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). En 1963 también, comenzaron a publicar una serie de artículos sobre la banca Baring Brothers y su influencia en la historia argentina en el periódico El Compañero. El 4 de junio de 1964, Duhalde y Ortega Peña –acompañados de Ricardo Carpani, Manuel Belloni y José María Duhalde, entre otros– participaron de la fundación de un novedoso experimento político bajo la conducción de Hernández Arregui: Centros Organizados Nacionales de Orientación Revolucionaria (CONDOR). Ante la negativa de Cooke a incorporarse a la experiencia y debido a algunas desavenencias con Hernández Arregui relacionadas con la adhesión o no al movimiento peronista, prontamente abandonaron la organización. Ese año, a iniciativa de Joe Baxter –líder del Movimiento Nacionalista Revolucionario Tacuara (MNRT)–, ambos recibieron, aunque la rechazaron, una invitación a visitar China para impregnarse de la experiencia revolucionaria maoísta. La relación de Duhalde y Ortega Peña con el MNRT se reforzó cuando actuaron como abogados defensores de los presos políticos resultantes de la “Operación Rosaura”, primera acción de envergadura de la guerrilla urbana argentina, ocurrida en Buenos Aires el 29 de agosto de 1963. Esa relación se volvió a activar en noviembre de 1964 cuando ambos, en representación del CONDOR, ayudaron a elaborar y firmaron un documento conjunto con el MRTA sobre el regreso de Perón a la Argentina. Allí se sugirió la creación de un Frente de acción común CONDOR-MRTA que intentase aunar los esfuerzos del peronismo revolucionario y el marxismo nacionalista, pero la unión no logró trascender el documento en común. Más allá del fracaso, Duhalde y Ortega Peña continuaron defendiendo a los presos del MRTA y aumentaron sus esfuerzos por lograr el crecimiento del CONDOR, al que seguían sosteniendo. La creación y fundación del Centro de Estudios Históricos Felipe Varelael 17 de octubre de 1964 y de la revista La Unión Americana, codirigida por ambos, como órgano de dicho Centro fueron parte de ese intento. Como refuerzo a las publicaciones de la revista, Duhalde y participaron de Ortega Peña participaron de un proyecto periodístico-político en la editorial Lanza Seca, que fue la que publicó el Documento del Frente y posteriormente el Manual de la Estafa (técnica de la ideología desarrollista), firmado por Cóndor. Jorge Rulli –histórico miembro de la Juventud Peronista, partícipe clave de la “Operación Rosaura” y uno de los fundadores de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP)– fue el receptor de los esfuerzos que hicieron Duhalde y Ortega Peña para ayudar al desarrollo embrionario de esta Organización Político-Militar (OPM) del peronismo revolucionario durante 1963 y 1964. En este último año, ambos contribuyeron también, a través de aportes y discusiones, a la formación y desarrollo del Movimiento Revolucionario Peronista (MRP), fundado por Gustavo Rearte, aunque sin llegar a incorporarse orgánicamente al mismo. El 22 de enero de 1965, Duhalde fue arrestado por la policía, bajo la imputación de “desorden”, luego de un acto público realizado por la Agrupación 22 de Agosto en la Ciudad de Buenos Aires. En septiembre de 1965 la UOM editó, con una tirada de 20000 ejemplares, el primer libro escrito en conjunto por los abogados, titulado Felipe Vallese: Proceso al sistema, una detallada investigación que continuó y completó el trabajo iniciado por el periodista Pedro Barraza en el periódico El Compañero, aunque este fue ignorado al momento de la publicación. Un mes después de la publicación, cuando salían de un plenario gremial en la Sede de la CGT, Duhalde y Ortega Peña sufrieron un intento de asesinato, del que escaparon ilesos. La cercanía de Vandor con la llamada “Revolución Argentina”, golpe de Estado liderado por el General Juan Carlos Onganía en 1966 y su apuesta por un “peronismo sin Perón” determinaron que los abogados comenzaron a cortar sus vínculos con la UOM, aunque no existe certeza de las fechas exactas en que dejaron de tenerlos con la CGT. Luego de la ruptura, Duhalde y Ortega Peña se concentraron en su labor en el campo de la historiografía, como historiadores pero también como editores y referentes culturales. En 1966 crearon el Centro de Cultura Argentina “Carlos Guido Spano” y fundaron la editorial Sudestada. La editorial no solo sirvió de plataforma para la publicación de sus trabajos históricos sino que además se convirtió en una de las más influyentes de la época, con gran impacto entre la militancia y el estudiantado. Entre otras publicaciones, Sudestada re-editó el libro sobre Felipe Vallese. Alejados ya de Hernández Arregui, Duhalde y Ortega Peña se sumaron también como directivos y colaboradores al Instituto Juan Manuel de Rosas de Investigaciones Históricas –dirigido por Rosa– y formaron parte de la Comisión Asesora de la Comisión Nacional Pro Repatriación de los Restos del Brigadier General, cuyo objetivo era la repatriación de los restos de Juan Manuel de Rosas a la Argentina. Durante este período, ambos abogados realizaron frecuentes viajes a la ciudad de La Plata donde sostuvieron encuentros con militantes de la Federación Universitaria para la Revolución Nacional (FURN). Allí Duhalde estableció una relación estrecha Haroldo Logiurato. En marzo de 1968, Duhalde y Ortega Peña retomaron contacto con el mundo sindical a través de la recientemente creada Confederación General del Trabajo de los Argentinos (CGT-A), donde establecieron estrechos lazos con algunos de sus máximos dirigentes, como Raimundo Ongaro y Agustín Tosco. Sin alcanzar nunca un grado de militancia orgánica como el que caracterizó su relación con la CGT, participaron frecuentemente de charlas, encuentros y debates y colaboraron en diversas actividades políticas y jurídicas. El 29 de mayo de 1969, Duhalde y Ortega Peña participaron de la pueblada conocida como “El Cordobazo”. Ese año también sufrieron el primero de varios atentados con explosivos en su estudio jurídico de la calle Rodríguez Peña y debieron mudarse provisoriamente al estudio del abogado Mario Hernández, en calle Montevideo, frente a la Plaza Vicente López de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En los últimos años de la década de 1960 ambos abogados realizaron también colaboraciones con las revistas Cristianismo y Revolución y Patria Grande y fundaron el periódico Mundo Nacionalista en octubre de 1969. En 1970 el escritor Leopoldo Marechal inmortalizó al binomio en su novela Megafón, o la guerra, creando dos personajes llamados Barrantes y Barroso. También en 1970 Duhalde, junto a Ortega Peña y el abogado Ricardo Smith, tomó la defensa de Ignacio Vélez, militante de la organización Montoneros acusado de participar en el secuestro y muerte del General Pedro Eugenio Aramburu, cabeza del golpe de Estado de 1955. En marzo del año siguiente Duhalde y Ortega Peña asumieron en conjunto el caso de la desaparición de Rubén Bonet, uno de los principales dirigentes del Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP). Gracias a las gestiones realizadas, luego de varios días de detención ilegal, maltratos y torturas, Bonet fue legalizado y posteriormente liberado. En octubre de 1971 ambos abogados junto a Vicente Zito Lema y otros profesionales del derecho realizaron una huelga de hambre en solidaridad con el trato que se daba a los presos políticos en la cárcel de Villa Devoto y para evitar además su posible traslado al penal de Rawson. Esta labor como abogados de presos políticos se vio reforzada con incorporación a la Asociación Gremial de Abogados, creada en septiembre de 1971. “La Gremial” estaba formada, mayoritariamente, por abogados de la izquierda peronista o de la izquierda revolucionaria independiente, pero entre sus miembros había también socialistas, radicales de la Unión Cívica Radical y hasta conservadores. Tanto Duhalde como Ortega Peña se convirtieron muy pronto en referentes de la organización y, luego de quedarse sin lugar físico por un atentado a principios de 1972, utilizaron su sede estudio jurídico, mudándose luego a un nuevo lugar ubicado en Avenida Córdoba y Libertad, ambos en la Ciudad de Buenos Aires. Allí recibieron la visita de un alto funcionario italiano de la empresa Fiat que les pidió que intermediasen con la conducción del PRT-ERP para negociar la liberación del empresario Oberdan Sallustro, Director General de la empresa en Argentina secuestrado por un comando de esa organización el 21 de marzo de 1972. Lograron que el enviado de la empresa se reuniera con Mario Roberto Santucho en la cárcel de Villa Devoto, pero las negociaciones se vieron interrumpidas cuando la policía encontró la casa donde era mantenido prisionero. Allí, en un tiroteo Sallustro resultó muerto. A mediados de 1972, con el traslado de numerosos militantes de distintas organizaciones revolucionarias al penal de Rawson, Duhalde y Ortega Peña comenzaron a viajar con frecuencia a dicha ciudad para visitar a algunos de sus defendidos. El 15 de agosto de 1972 las presas y presos políticos, con apoyo externo, tomaron el penal y protagonizaron una de las fugas más espectaculares de la historia argentina. Inmediatamente de producida la fuga Duhalde y Ortega Peña, junto a un grupo de abogados de La Gremial, se trasladaron a Rawson y Trelew para iniciar la defensa de un conjunto de militantes que había sido detenido en el aeropuerto de esta última ciudad mientras intentaba tomar un vuelo a Chile. El 22 de agosto de 1972 los prisioneros fueron fusilados por personal de la Marina en la base naval Almirante Zar de la ciudad de Trelew. Dieciséis de ellos fueron asesinados y tres sobrevivieron. El mismo día de la masacre, Duhalde, junto a los abogados Gustavo Roca y Mario Abel Amaya, viajó a Chile para negociar con el presidente chileno Salvador Allende el traslado de los seis jefes guerrilleros a Cuba y evitar así su repatriación a la Argentina, tal cual solicitaba la dictadura del General Alejandro Lanusse. Dicha gestión culminó con éxito. Luego de los sucesos de Trelew, y sin abandonar La Gremial, Duhalde y Ortega Peña pasaron a formar parte de la Agrupación de abogados Peronistas (AAP), un desprendimiento formado por abogados identificados con el peronismo y molestos por la prescindencia política que la nueva conducción de aquella organización imprimió a su gestión. Duhalde y Ortega Peña participaron también del vuelo chárter que, después de 17 años de exilio, trajo de regreso al General Perón a la Argentina el 16 de noviembre de 1972. Con la llegada a la presidencia de Héctor Cámpora el 25 de mayo de 1973 y el nombramiento de Rodolfo Puiggrós como rector de la UBA, Duhalde fue designado Secretario de la Dirección de Asuntos Jurídicos de la misma y desde allí fue uno de los principales impulsores del proyecto de la llamada Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires (UNPBA). Fue nombrado también Profesor titular de la cátedra de Introducción al Derecho en la Facultad de Derecho de la nueva UNPBA y con Ortega Peña alternaron en la Presidencia del prestigioso Instituto de Historia Argentina y Americana Doctor Emilio Ravignani. Duhalde fue cesado de ambos puestos académicos en diciembre de 1973. A principios de 1973, Duhalde y Ortega Peña pasaron a formar parte del staff y del Comité Solidario de la revista Liberación, órgano de prensa del Ejército Revolucionario del Pueblo 22 de Agosto (ERP-22 de Agosto), colaborando en varios artículos. El 14 de junio de 1974, ambos lanzaron la revista Militancia Peronista para la Liberación. Con treinta y ocho números y quince suplementos titulados Cuadernos de Base publicados entre esa fecha y el 28 de marzo de 1974, la revista se convirtió en lectura obligada de diferentes sectores de la militancia de la época. En el marco de la creciente conflictividad política del período, la publicación fue clausurada antes de la aparición del número 39. Su continuadora, la revista De Frente con las bases peronistas, tuvo una vida efímera ya que publicó solo once números entre el 2 de mayo y el 25 de julio de 1974, cuando fue clausurada por decreto del gobierno de Isabel Martínez. El 13 de marzo de 1974 Ortega Peña asumió como diputado nacional ante la renuncia de ocho titulares de bancas pertenecientes a la Juventud Peronista Regionales, organización de superficie de Montoneros, en desavenencia con las modificaciones al Código Penal propiciadas por el gobierno de Juan Domingo Perón. Reacio a integrarse al Bloque del Frente Justicialista de Liberación Nacional (FREJULI), Ortega Peña creó su propio Bloque de Base y nombró a Duhalde como su Secretario Jurídico. Duhalde y Ortega Peña figuraron entre los primeros condenados a muerte de la Triple A. A seis días de la clausura de la revista De Frente, en la noche del 31 de julio de 1974, Ortega Peña fue asesinado en una emboscada tendida en la intersección de las calles Arenales y Carlos Pellegrini, en la Ciudad de Buenos Aires. El crimen fue reivindicado por la Triple A. El velatorio tuvo lugar en la sede de la Federación Grafica y los participantes del cortejo fúnebre y del entierro en el Cementerio de la Chacarita, donde Duhalde ofició de orador principal, fueron atacados por las fuerzas de Seguridad con un saldo de 214 detenidos. Tras la muerte de Ortega Peña, desde la clandestinidad y condenado a muerte por la Triple A, Duhalde se embarcó en la construcción de un nuevo proyecto político por fuera del peronismo: el Partido Revolucionario de los Obreros Argentinos (PROA). Desde fines de 1974 se le sumó Logiurato, quien había fungido como Secretario del Bloque de Base en el Congreso. Los estatutos del Partido los redactó Carlos González Gartland y entre sus miembros se contaban Carlos María y Marcelo Duhalde –hermanos de Eduardo–, Héctor Belingieri, José Voloch, Ignacio Ikonicoff, María Bedoian, Mario Hernández, Marta Taboada de Dillon, Pedro Insaurralde y Elida Galetti. Hacia fines de 1975, en un marco de creciente represión, publicaron un documento fundacional a modo de reportaje titulado “Nuestro perfil. Material de discusión” y el número 1 y único de una revista que llevaba el mismo nombre del Partido. Desde fines de 1975 Duhalde, junto a la mayoría de los miembros de PROA y otros abogados cercanos a su proyecto, pasó a ser uno de los principales propulsores de una organización que se dedicó a la denuncia de las violaciones a los derechos humanos en la Argentina: la Comisión Argentina por Derechos Humanos (CADHU), que más tarde cambiaria su nombre a Comisión Argentina de Derechos Humanos, constituida formalmente en abril de 1976 con los militantes del PROA como columna vertebral. Luego de la aprobación de su Declaración de Principios y su Estatuto en asambleas que tuvieron lugar entre julio y diciembre de 1976, se decidió que un grupo de sus miembros viajarían al exterior para amplificar el campo de denuncias y resguardarse de la represión. El 23 de junio de 1976 la Junta Militar incluyó a Duhalde en el listado de personas que figuraban en el Decreto de creación de la llamada “Acta de Responsabilidad Institucional”, privándolo así de todos sus derechos civiles y políticos y ordenando además la incautación de sus bienes y su captura. Comenzó entonces el proceso de salida del país, iniciado primero por su esposa e hijo, que concretó el 12 de septiembre de 1976 en compañía de Ana María Portnoy. Lo hizo vía Brasil. Luego de un paso por Portugal y España, llegó a La Habana el 30 de octubre de 1976. Ante la imposibilidad de realizar denuncias contra la dictadura a causa de las relaciones comerciales que la Unión Soviética mantenía con la Argentina, la familia Duhalde abandonó Cuba y se instaló en Madrid el 16 de diciembre de 1976. Los días 11 y 12 de junio de 1977 tuvo lugar la llamada “Masacre de Marcos Paz”, seguida de otros eventos represivos en los días posteriores. Entre asesinatos y secuestros seguidos de desaparición, la dictadura acabó totalmente con la estructura del PROA y de la CADHU en Argentina. En España, la actividad política de Duhalde se centró principal pero no exclusivamente alrededor de la CADHU, cuya Sede Central dirigió desde Madrid junto a Gustavo Roca, abogado con quien también el matrimonio Duhalde compartió estudio jurídico en dicha ciudad. En marzo de 1977, con ayuda del cineasta vasco Elías Querejeta, la CADHU publicó un libro redactado por Duhalde y Roca y nutrido por la información que los miembros del organismo habían logrado sacar clandestinamente del país que se convirtió en un hito en la denuncia internacional contra los crímenes de la dictadura. Se tituló Argentina: Proceso al genocidio, se tradujo a varios idiomas e introdujo categorías jurídico-políticas como las de “Terrorismo de Estado”, “genocidio” y “detenido-desaparecido”, además de denunciar el plan sistemático de tortura y exterminio que se daba en los centros clandestinos de detención. La CADHU se presentó ante todos los organismos internacionales que tuviesen sede en Europa y los Estados Unidos y también ante gran cantidad de parlamentos de ambos continentes. Entre las labores más destacadas cabe mencionar la participación en la denuncia pública realizada por tres ex prisioneras del centro clandestino de detención de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) en la Asamblea Nacional francesa el 12 de octubre de 1979, la organización de un gran acto con la presencia de importantes personalidades internacionales en el Centro Cultural de la Villa de Madrid el 26 de marzo de 1981; la ayuda logística proporcionada a miles de exiliados y exiliadas en Europa y las constantes actividades de denuncia al régimen militar que gobernó argentina entre 1976 y 1983. Además, Duhalde fundó en Madrid en marzo de 1977 la Mesa Informativa de la Resistencia Argentina (MIRA) y participó de las actividades de organizaciones como Trabajadores y Sindicalistas Argentinos Exiliados (TYSAE), el Comité de Boicot al Mundial de 1978 (COBO), el Comité Argentino Unificado de Solidaridad Antidictatorial (CAUSA) o el periódico Correo Argentino. Fue además Secretario General del Centro Argentino de Madrid y fundó el órgano de prensa de dicho Centro llamado Presencia Argentina. En lo personal, en Madrid creó una agencia de trabajo temporal para exiliados y exiladas argentinas llamada Timming. Duhalde también impulsó la creación en México DF del Centro de Estudios Políticos Argentinos “Rodolfo Ortega Peña” y colaboró con la revista Propuestas, editada en ese país. En junio de 1983, basándose en el Informe que dio vida a Argentina: Proceso al genocidio, Duhalde publicó en España el libro El Estado terrorista argentino. En abril de 1984, Duhalde, todavía con pedido de captura vigente, regresó al país para presentar la edición argentina de su libro en la X Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Decidió no volver a España y comenzó una fructífera y polifacética labor en la Argentina post-dictatorial. Fue, junto a Rodolfo Mattarollo, Manuel Gaggero y González Gartland, uno de los miembros fundadores del Instituto de Relaciones internacionales, (IRI). Una de las apoyaturas para el funcionamiento del IRI fue Gorriarán Merlo, ex integrante de la cúpula del PRT-ERP, que aportó dinero para el alquiler, el sueldo de una secretaria y otros gastos varios. Las actividades principales del Instituto eran la organización de cursos sobre historia argentina y latinoamericana, política internacional, economía, sociología y filosofía para la formación de cuadros y militantes políticos. En política internacional difundían y apoyaban las actividades del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en Nicaragua y del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) en El Salvador. Otra actividad política importante del grupo fue la denuncia sobre la situación en Haití bajo la dictadura de Jean-Claude Duvalier. En 1985, en pos de seguir reinsertándose en la vida pública argentina a través de herramientas culturales, creo y dirigió la Editorial Contrapunto, emblema de los comienzos de la democracia. En ese año Duhalde viajó junto a González Gartland a la ciudad de Managua, Nicaragua, donde se entrevistaron con Gorriarán Merlo en la casa de Gaggero –otro ex integrante del PRT-ERP y la CADHU– con el objetivo de recabar financiación para el proyecto. Una vez instalada en el estudio jurídico de calle Tucumán 1438, la editorial publicó libros de historia y política que tenían que ver con el reciente pasado dictatorial pero también reimprimió libros censurados y destruidos en dictadura. Contrapunto y Duhalde tuvieron también excelente relación con Carlos “Quito” Burgos, el Movimiento Todos por la Patria (MTP) y la revista Entre Todos. Como periodista, en 1985 Duhalde cubrió el Juicio a las Juntas Militares para el diario La Voz. En esos primeros años de retorno a la democracia participó asimismo de la creación del periódico de la Asociación Madres de Plaza de Mayo y de Denuncia, el publicación de la Asociación de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas; fue miembro y contribuyó a la labor del Secretariado Internacional de Juristas por la Amnistía de Uruguay, país con el que tenía antiguos vínculos desde su participación en la campaña electoral del Frente Amplio de Uruguay en Argentina en 1971; fue miembro del Consejo de la Presidencia de la Asociación Americana de Juristas en Argentina, organismo para el cual también desempeño actividades como observador internacional en varias misiones internacionales. En 1986 se creó Izquierda Democrática Popular (IDEPO), un partido político que surgió como desprendimiento del Partido Intransigente (PI) con Duhalde como motor de la idea y Néstor Vicente como cabeza visible, además de contar con figuras como González Gartland y el Coronel(RE) Luis Cesar Perlinger. Incluido dentro del Frente Amplio de Liberación (FRAL), el partido buscó alianzas con otras organizaciones de izquierda y centroizquierda. Para las elecciones presidenciales del 14 de mayo de 1989 el IDEPO venció en una interna al Movimiento al Socialismo (MAS) representado por Luis Zamora y Vicente fue candidato a presidente de la Nación en fórmula junto a Zamora. A partir del 13 de abril 1989 Duhalde se convirtió Director del diario Nuevo Sur, un proyecto periodístico de tirada nacional que, con financiación y línea editorial del Partido Comunista Argentino (PCA), estuvo en circulación hasta el 28 de diciembre de 1990. Ese año recibió el Premio Internacional al Periodismo otorgado por la Asociación Pro-Derechos Humanos de España por su labor incansable en al área de Derechos Humanos. A principios de la década de 1990, como Asesor en Derechos Humanos de la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), participó en una docena de misiones internacionales a zonas de conflicto en países tales como Guinea Ecuatorial, Nicaragua, Perú y Colombia. Por esa época retomó sus tareas de docente universitario en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, adonde se desempeñó como Profesor Titular Consulto de la cátedra de Derecho a la Información, creada de forma conjunta con los alumnos de la carrera de Comunicación Social de dicha facultad. A pesar de su oposición al gobierno del presidente Carlos Menem, en 1993 Duhalde se postuló para el ingreso al Poder Judicial de la Nación y ocupó, por casi diez años, un puesto como Juez de Cámara en el Tribunal Oral en lo Criminal Número 29 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En febrero de 2003 renunció anticipadamente a su puesto para dedicarse a apoyar de manera temprana la candidatura de Néstor Kirchner a la presidencia de la Nación. A tales efectos, había sido uno de los miembros fundadores del Partido Memoria y Movilización Social, surgido el 26 de julio de 2002. El 27 de mayo de 2003 fue nombrado por el presidente Kirchner Secretario de Derechos Humanos de la Nación, cargo que ocupó durante el mandato de Kirchner y los dos mandatos de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, hasta el momento de su fallecimiento. Durante su gestión, Duhalde promovió que los Derechos Humanos en Argentina adquirieran carácter de política de Estado, en consonancia con las prioridades estipuladas desde el Ejecutivo. Durante los años que se desempeñó como Secretario de Derechos Humanos, se promovió la anulación de las Leyes de Punto Final y Obediencia Debida y del Indulto; se reiniciaron los juicios de lesa humanidad, con la Secretaría como querellante; se creó el Archivo Nacional de la Memoria, del cual Duhalde fue el mayor impulsor; se agregó un nuevo prologo a la reedición del Informe Nunca Más de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) que discutía la “teoría de los dos demonios”, postulado de base en el prologo original realizado por el escritor Ernesto Sábato; se consolidó el Consejo Federal de Derechos Humanos; se ampliaron las políticas reparatorias para las víctimas del terrorismo de Estado; se declararon por ley como Sitios de Memoria cientos de lugares donde habían tenido lugar violaciones a los derechos humanos durante el período 1975-1983, incluida una gran cantidad de centros clandestinos de detención; se ampliaron las políticas de Derechos Humanos a otros países del Mercosur; fueron organizadas más de veinte Unidades de Investigación sobre terrorismo de Estado; fue fundado el Observatorio de Derechos Humanos en ocho provincias y se impulsó el Plan Nacional contra la Discriminación. Como Secretario, Duhalde participó personalmente del seguimiento de algunos casos de acusados de crímenes de lesa humanidad y fue impulsor de la querella del Estado por la apropiación de la empresa Papel Prensa. El 15 de febrero de 2012 fue operado de urgencia en el Sanatorio de la Trinidad debido a una aneurisma en la aorta abdominal, operación de la que no se recuperó y que derivó en su fallecimiento el día 3 de abril. Sus restos fueron velados en la Sala Emilio Fermín Mignone de la sede de la Secretaría de Derechos Humanos y luego inhumados en el Cementerio de la Chacarita.

Ethel

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